tsitíkana inan. {otsitíkante} ají. ◊ El ají tiene muchos usos muy importantes: por ejemplo si uno pierde el sentido, está muy cansado o débil o come tierra, se le hace picar con ají en la boca; si un niño está inapetente y tiene arcadas porque tiene ganas de vomitar cuando se le da su comida, igualmente se le pone esto.. Yogari notineri ikamavetaka ikomutaganakara, tyampatyo inkantaeri icha iroganiaerira. Impo onti yaventashitakari tsitikana iroro itegantakari, ovashi yoganiairi. Mi sobrino perdió el sentido de un momento a otro, y mi hermano (no sabía) qué hacer para que recupere el sentido. Entonces recurrió al ají, lo picó con ello y lo hizo revivir. ¶ Tradicionalmente también se usaba el ají como una defensa contra las mordeduras de serpientes y la contaminación de demonios. Se pensaba que ciertos sueños indicaban que uno iba a ser mordido por una serpiente. Cuando uno tenía tal sueño, tempranito por la mañanita cuando se despertaba, masticaba un ají picante y lo escupía para evitar ser mordido. Si el ají no picaba, siempre iba a ser mordido, pero si le picaba, no le iba a pasar nada. Si se pensaba que alguien había sido contaminado por un demonio (ikitsitinkakeri kamagarini), se le ponía ají picante en la boca para hacerle vomitar. ¶ Cuando no hay carne para comer con la yuca, ésta se come acompañada de una salsa o guiso preparado de ají en el cual se la mete. Se refieren a esta salsa con el término otsitíkante la salsa de ella, refiriéndose a la mujer que la prepara; tradicionalmente, las buenas cocineras siempre la tenían lista y la guardaban en una olla de barro que nunca se lavaba ni se vaciaba. Una manera de preparar la salsa era coger más o menos diez ajíes y ponerlos en la olla con agua y una variedad de lo que hubiera al alcance; por ejemplo cogollo de palmera picado, escamas de ciertos peces como mamori y koviri, mojarras, los intestinos u otras menudencias, ciertos hongos como shitovi y kaevi, hojas de las plantas onko y porenki. Se cocinaba todo junto, y de vez en cuando se aumentaba a lo que había. Se la calentaba todos los días para que no se fermentara ; ◊ Tradicionalmente se decía que cada vez que la yuca se quejaba de los maltratos de la gente y comenzaba a querer regresar donde su padre la luna, era el ají el que la convencía de quedarse. Algunos afirman que los matsigenkas nunca comían carne sin acompañarla con yuca; en cambio el ají, por ser picante, no se comía mucho. Además se decía sobre la yuca que la persona que la comía junto con carne estaba dándole la carne a la yuca. Por eso el ají se consideraba que era el más maltratado y decía a la yuca: “¿Cómo es posible que piensas irte si a ti te dan todo lo que comen, hasta lo más insignificante?” Si no me quejo yo, ¿cómo vas a estar quejándote tú?”, y así la convencía de quedarse.. V. sekatagantsi, maranke, ókana.